ALMAZÁN
PUEBLOS MÁGICOS DEL CENTRO DE ESPAÑA
SORIA | CASTILLA Y LEÓN
La mágica historia de Almazán
Almazán es una villa histórica, segunda en habitantes, tras la capital de la provincia de Soria. Situada en el centro de Castilla en un paraje de colinas, repleta de restos históricos que recuerdan el importante papel que jugó la villa en la época medieval. Rodeada por extraordinarias construcciones monumentales, la Plaza Mayor de Almazán se vislumbra como “plaza castellana” por excelencia. Su ubicación en lo alto de una atalaya y al borde del río Duero, la convierte en un espacio público con un valor paisajístico excelente y privilegiado, compartiendo protagonismo con la Muralla del s.XII, la Iglesia de San Miguel del SXII y el Palacio de los Hurtado de Mendoza del s.XV. Las Murallas de Almazán, constituyen uno de los principales conjuntos civiles del patrimonio adnamantino.
Es inherente a la historia de la villa, la traducción del topónimo árabe “al-ma-zan” significa el fortificado, en alusión al primitivo cerco musulmán. Las murallas de Almazán que vemos en la actualidad entre callejas y plazuelas, atrapadas por construcciones posteriores, se levantaron a finales del siglo XII, siguiendo la topografía del lugar y englobando los barrios altos del Almazán medieval, en una época en la que todavía las incursiones de aragoneses y navarros (los árabes estaban ya lejos), podían ser una amenaza para esta tierra de frontera.
La “Magia de Almazán” está en su histórico pasado y monumentos, en los paseos junto al río Duero, en vivir y confundirse con sus gentes en las fiestas llenas de autenticidad, en descubrir rincones únicos. Su magia está en un pueblo laborioso que sigue siendo referente de muebles artesanos de calidad. Un pueblo que en sus campos y pinares guarda riqueza agraria y paisajes eternos. Un pueblo que en su tradición repostera de “yemas” y “paciencias” endulza los mejores momentos con esta tradición centenaria. Cuando vengas a Almazán, cuando vuelvas, llena con tus pasos sus calles y paseos; vive los mágicos atardeceres desde la Muralla con el rumor del río Duero a tus pies y déjate llevar por el embrujo dorado de una de las Plazas Mayores más hermosas de Castilla.
Iglesia de San Miguel
Ayuntamiento de Almazán
Puerta del Mercado
LUGAR MÁGICO
Iglesia de San Miguel
Iglesia románica del siglo XII. Declarada, por su originalidad artística, Monumento Nacional en 1931. Se trata de un templo de excepcional interés por las peculiaridades de sus formas arquitectónicas. Si ya en planta dibuja una distribución compleja de tres naves con cabecera desviada, sorprende y encuentra su culminación en el abovedamiento del crucero, con rara cúpula nervada de influencia musulmana, formada por nervios que parten pareados, dejando en el centro un octógono base de la linterna y dibujando una estrella de ocho puntas.
Algunos lugares que tienes que conocer… y muchos más que puedes descubrir.
Ermita de Jesús
Ermita barroca de principios de siglo XVII de titularidad municipal, en la que se venera al patrón de Almazán Jesús Nazareno. Se asienta en el solar que ocupó la antigua parroquia de Santiago y es obra de Juan Antonio de Pempinela.
Destaca en su interior el retablo mayor que alberga la imagen del Nazareno, talla de rostro sumamente expresivo siguiendo modelos de Gregorio Fernández. Es la figura más venerada de la villa a la que se honra en fiestas. Su solemne procesión, el primer domingo de septiembre, la “Bajada de Jesús“, está declarada de Interés Turístico Regional.
Palacio de los Hurtado de Mendoza
El Palacio de los Hurtado de Mendoza es un palacio señorial erigido por la familia Hurtado de Mendoza en los siglos XV y XVI. La parte más antigua es la zona norte, con interesante galería de finales del gótico y excelentes vistas al Duero, recordándonos el paso de la Corte de los Reyes Católicos en diferentes ocasiones por la villa o la estancia del príncipe D. Juan. En 1565 D.
Francisco Hurtado de Mendoza emprendió la ampliación del edificio y planteó el cuerpo de la fachada principal de estilo renacentista.
Aula de Cultura San Vicente
La antigua parroquia de San Vicente, con cabecera y portada románica, de la mitad del siglo XII, es actualmente un Aula de Cultura de usos múltiples.
Para ello, fue preciso acometer importantes obras de restauración que dejaron al descubierto una arquería en el tambor del ábside, y unas pinturas murales góticas.
Parque de la Arboleda y río Duero
Cruzando la original pasarela peatonal del río Duero se accede al parque de “La Arboleda”. Nos recibe a la entrada la Fuente de los Cuatro Caños del año 1783 decorada con el escudo de Almazán, partiendo de ahí las posibilidades de su recorrido son múltiples, ofreciéndonos cada una de ellas diferentes oportunidades de disfrute : para los amantes del caminar, paseos por la ribera del Duero o por la zona central entre chopos, álamos, fresnos o saucos, repletos de mirlos, ruiseñores y aves en general; para los más pequeños, zona de ocio infantil y los amantes del deporte podrán elegir entre las múltiples instalaciones deportivas con las que cuenta; en definitiva, un lugar para disfrutar y relajar los sentidos en un entorno natural privilegiado.
Fiestas de Almazán
La Fiesta del Zarrón: está vinculada a la fundación de la Cofradía de San Pascual Bailón, en 1816. La fiesta tiene un simbolismo relacionado con la actividad pastoril muy ligada a la vida de la provincia de Soria. El personaje del Zarrón se ha ido haciendo cada vez más popular hasta convertirse en el protagonista. Estas fiestas, han sido declaradas de Interés Turístico Regional.
Fiestas de la bajada de Jesús: El primer domingo de septiembre, día grande de las fiestas patronales de Almazán, se celebra la procesión de la Bajada de Jesús a la que acude en masa toda la población de la villa. Partiendo de la Iglesia de Campanario, situada en lo alto de la población, la imagen de Jesús Nazareno procesiona por las calles de la villa en dirección a su Ermita, siendo el momento cumbre cuando la imagen del Cristo atraviesa la plaza Mayor. Fiesta declarada de Interés Turístico Regional
El Zarrón
Los Zarrones representan a los pastores que cuidan el rebaño y visten recordando a los antiguos pastores de la zona: zamarra de piel, zahones o calzones de cuero marrón, polainas y albarcas. Un sombrero ancho cubre su cabeza, tocado con plumas de buitre o águila y rabos de zorro colgando por la parte posterior.
En la mano llevan una zambomba o garrote unido por una cuerda a una funda alargada de lona o de cuero rellena de lana. Portan también una colodra, (cuerno de buey con tapadera de plata), en la que lleva la soparra (pan remojado en vino con azúcar y canela).