“San Esteban de Gormaz recibe con el olor húmedo y orillado del Duero. Es villa declarada Conjunto Histórico-Artístico y un fuerte aroma a Medievo se desprende de sus calles entrelazadas por los restos del lienzo amurallado.

La fortaleza estratégica jugó un papel fundamental en aquél tira y afloja entre árabes y cristianos. La cuna del románico soriano.

Sobre la ladera en la que creció San Esteban de Gormaz se han anudado grabados rupestres en la Cueva de las Salinas, muestras celtíbero-romanas -entre ellas una treintena de inscripciones latinas y tres fragmentos de un relieve militar imperial-, y un enclave en la lucha castellana y musulmana que la convirtió en Puerta de Castilla soberbia e imprescindible. Dos castillos y una fortaleza amurallada dominan aquel tiempo en el que la frontera estuvo aquí, antes de que el límite se alejara y el Cid caminara su Destierro por los caminos sorianos. Fue en ese mismo siglo XI, después de varios siglos de sangrientas y continuas luchas, cuando los cristianos ocuparon definitivamente esta plaza que había pasado de unas manos a otras bajo la atenta mirada de la fortaleza árabe.

Comienza entonces una época de construcción cristiana, que encontrará en el románico su máxima expresión: la iglesia de San Miguel, cuna del románico soriano e insustituible joya arquitectónica, y la iglesia de Santa María del Rivero.

La Iglesia de San Miguel es la iglesia más antigua, conservada, del románico soriano y uno de los monumentos de mayor participación musulmana. Su fecha de construcción es el año 1081, según la inscripción tallada en la galería, y puede decirse que es el prototipo de iglesias con galería porticada y, posiblemente, sea la primera galería porticada románica de la que se tienen noticias.
La galería consta de varios arcos que se apoyan en columnas cuyos capiteles se hallan decorados exóticamente. En ellos aparecen varios personajes con kaftanes y turbantes en diferentes escenas. El trabajo realizado por el maestro cantero demuestra una talla ruda pero cautivadora, una característica que se hace extensible a los canecillos que sustentan la cornisa.

Iglesia de Nuestra Sra. Del Rivero Construída en un altozano que domina toda la Ribera del Duero, la iglesia data del siglo XII y se asienta sobre las ruinas de otro templo o, tal vez, como ampliación de éste. En el siglo XVI se incorpora a la galería de la iglesia un arco sepulcral cobijado por un arco plateresco. La galería porticada está compuesta por nueve arcos de medio punto. Las columnas de la galería son sencillas y robustas. En el ábside destaca la imagen de la Virgen del Rivero, Patrona de la villa y de la Concordia que forman otros veintitrés pueblos.
Castillo de San Esteban de Gormaz. Uno de los castillos claves, que cambiaron de manos continuamente durante los siglos X-XI. En el siglo XI pasa definitivamente a poder cristiano. Es en época del rey leonés García I, cuando se refuerza y repuebla la plaza. Controlaba el paso por el Duero y vigilaba el puente sobre el Duero. Actualmente conserva un amplio lienzo de un grosor de unos dos metros. La construcción se realizó con sillares labrados, seguramente de procedencia romana.
Parque Temático del Románico: El parque temático abrió sus puertas en 2005 y nos permite observar, diez maquetas a vista de pájaro del románico. Nos muestra, con todo lujo de detalles, los secretos mejor guardados del románico castellano leonés. Las maquetas representadas son: Iglesia de San Juan de Rabanera de Soria: el claustro del monasterio de Sto. Domingo de Silos en Burgos: la basílica de San Vicente de Ávila: la iglesia de San Millán de Segovia: la iglesia de La Antigua de Valladolid: la iglesia de San Marcos de Salamanca: la iglesia de San Tirso de Sahagún en León: la colegiata de Santa María de Zamora y la iglesia de San Martín de Frómista en Palencia.
Ecomuseo Molino de Los Ojos, situado en un paraje natural único por su calidad medio ambienta. El edificio original data de 1784. Rodeado de álamos y chopos centenarios, sauces, arces y castaños de indias; manantiales de los ojos que brotan de la tierra produciendo un burbujeo constante; jilgeros, ruiseñores y otras aves de la ribera junto al río Duero con sus cangrejos señal, truchas y bermejas dan vida a su entorno.
Todo ello hacen de este espacio un lugar de visita obligada para los amantes de la naturaleza y de los oficios perdidos como el de molinero.” *